CAMARADAS, AMIGOS , HERMANOS:
Recorrer las calles en busca de caras conocidas, acudir a la web para intentar solicitar la ayuda y los contactos, el hecho de desconfiar de saludos de miradas, la paranoia, eso es el pan de todos los días en el exilio, se que los dias transcurren indiferentes en Chihuahua, ni el gobierno ni los habitantes se dan por enterados de mi ausencia, sólo algunos me extrañan, lo malo es que entre ellos están los que decidieron que yo no debía vivir más, esdos de seguro me extrañan, se que me han cuidado a la vuelta de mi casa, y se que recorren los juzgados gente extraña que obedecde a sus señas particulares, pero eso si, no les daré gusto.
Los apoyos que he recibido , las palabras de la gente, son en este momento lo que me da las fuerzas para seguir, lo que me dice que no estoy haciuendo las cosas tan mal, que no debo rajarme y que debo seguir adelante, denunciando, exigiendo y defendiendo a quienes no puedan, yo se que no he sido ni el mas constante ni el mas agresivo de los activistas, razón de mas por las que es mi obligación tratar ded evitar que vayan por otros, ya que en este caso, el destierro seria el menor de los males, aun que las lágrimas y la frustración sean su elemento principal, la vida es, un bien mas importante, ya que el dia que la perdamos será uno menos para luchar, y un punto mas para los que oprimen, para los que matan.
De los que luchan y sobre todo de los que no pueden Luchar:
Alejandro Alcocer Herrera, desde el exilio
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