Nombre y apellidos: Rosa López Díaz
Fecha de nacimiento: 2 de diciembre de 1978
Lugar de nacimiento: San Cristóbal de las Casas.
Estado civil: Unión libre
Lengua: Tsotsil
Numero de dependientes económicos: 2 niños; uno de 2 años y otro de 4; además de su mamá.
Domicilio actual de la familia: Jardín de nuevo edén, Teopisca. El hijo menor vive con ella.
Organización: Solidarios de la Voz del Amate
Cargo en la comunidad: No tuvo cargo en su comunidad
Ocupación: Comerciante de ropas y complementos.
Nº de expediente: 056/2007
DETENCIÓN
Rosa López Díaz fue detenida el 10 de mayo del 2007 junto con su esposo en el parque central de San Cristóbal de las Casas, por unas personas vestidas de civil. La tumbaron rápidamente al piso. No se identificaron, escuchó que su esposo (el compañero Alfredo) les pedía que se identificaran pero no lo hicieron. La condujeron hasta una camioneta y la colocaron sobre el piso de esta con un pie encima de ella. Le vendaron los ojos. Transcurrido un tiempo la bajaron en un lugar que tenía hojas secas cubriendo el suelo. Sin quitarle la venda de sus ojos empezaron a golpearla. La torturaron cubriéndole su cabeza con una bolsa mientras en su boca colocaban un trapo mojado con la intención de asfixiarla. La golpearon en el estomago.
Ella les pidió que pararan porque estaba embarazada pero no pararon.
Después la volvieron a subir a la camioneta, y la llevaron a un lugar que desconoce. Ahí entendió que estaba sola, o sea que ya no estaba con su esposo. La mantuvieron agachada, esposada y con los ojos vendados. Les preguntó: “Qué está pasando?”. La respuesta que le dieron fue: “Eso no te importa, porque ahora sí, estas acabada” .
Rosa nos cuenta: “Lloré, lloré. Lloré porque no sabía que iba a pasar conmigo, lloré por mi familia, por mi mamá. No sabría cómo describir el miedo que sentí”. “Ellos me continuaban gritando:” “De aquí no te vas a salvar. De donde te vamos a llevar, no vas a salir”. Después los agresores abandonaron la camioneta donde estaban y le dijeron a Rosa: “No te vayas a mover. Si intentas algo, aquí te mueres”.
Aproximadamente 40 minutos más tarde, la llevaron a la misma casa donde tenían retenido a su esposo. La sentaron contra la pared, esposada, con los ojos vendados y la empezaron a golpear. La volvieron a torturar. Con un trapo mojado cubrieron su cara, y encima colocaron una bolsa de plástico. Mientras le golpeaban su estómago. Los agresores le decían: “Cuando quieras hablar, mueve la cabeza”. Rosa pataleaba, porque se sentía asfixiada. Le quitaron la bolsa y le dieron tres cachetadas. “Di donde la tienes. No te hagas pendeja, si bien sabes de quien estamos hablando”.
A Rosa la llevaron a otro cuarto apartado. En el interior del cuarto la desnudan y sufre violencia de tipo sexual, la tocan por todas partes de su cuerpo, amenazándola de que la van a violar. Le cuentan que quieren que ella diga que secuestró a Claudia Estéfani. Rosa lloraba, y pedía que no le hicieran nada, que ella no había secuestrado a nadie. “Cómo voy a decir algo que no he hecho”, preguntó Rosa. Uno de los agresores la tiró al piso, otros dos la agarraron, ella sintió que alguien se le encimó, intentando de violarla. Rosa cuenta que en ese momento no pudo más y dijo: “no me violen, estoy embarazada” y uno de sus agresores le dice: “ Si dices que lo hiciste, no te hacemos nada”. Entonces Rosa les dice que sí, que había secuestrado, aunque es falso. Ahí la levantaron, la sacaron del cuarto, y la dejaron sola en la casa. De repente vuelven a llegar, y Rosa escucha los gritos de su marido, Alfredo. Rosa nos relata: “Decía yo, Gracias a Dios, está vivo”. Había pensado que lo habían matado.
DECLARACIÓN
De ahí fueron conducidos al Ministerio Público. Allá volvieron a recibir amenazas de muerte por parte de unos hombres que Rosa desconoce tanto sus nombres como sus puestos en el Ministerio Público. La obligaron a firmar hojas en blanco. En estas dependencias por fin puede hablar con el compañero Alfredo (su esposo) y le pregunta si él sabe por qué los tienen ahí. Alfredo le cuenta que su primo se había “robado” a la novia, lo que en los pueblos significa que la novia se va con su marido sin que éste pague la dote. “Cosas de hombres”,dice Rosa. Ella no conocía a la tal Claudia Estéfani.
Rosa nunca tuvo acceso a un traductor cualificado que conozca la lengua y las costumbres tsotsiles. En la declaración su defensor de oficio Joaquín Domínguez Trejo estuvo presente tan sólo en una parte. Le leyeron su declaración, pero no la entendió, pues al no tener traductor no consiguió comprender los términos jurídicos. Por ello Rosa no estaba de acuerdo, pero la obligaron a firmar.
Luego la trasladaron al CERSS nº5 de San Cristóbal de las Casas acusada de secuestro.
Cabe mencionar que Rosa nunca recibió atención médica tras la tortura, tanto física como psicológica, que sufrió.
PROCESO
Transcurridos 14 meses del momento de su detención la sentenciaron a 27 años, 6 meses y 17 días. Ella apeló dicha sentencia, y se la redujeron de 17 días. Ese día, el 13 de abril de 2009, es la última vez que ve a su abogado.
CONDICIONES EN PRISIÓN
Rosa adolece de fuertes dolores de espalda desde hace dos años. Incluso le afecta a la hora de caminar. Padece fuertes dolores de cabeza, y calentura. Tiene hernia umbilical que pone en grave peligro su vida. No ha recibido atención médica aunque la ha solicitado varias veces y lo ha denunciado públicamente.
Rosa no tiene suficientes ingresos económicos para sostener a su familia.
IMPACTO DE LA DETENCIÓN SOBRE LA FAMILIA Y/O LA COMUNIDAD
El impacto en su familia ha sido muy grande a nivel emocional y de salud, pues las enfermedades de las cuales adolecen la familia se agravaron por el impacto emocional derivado del encierro de Rosa.
Rosa tenía 4 meses de embarazo cuando la torturaron. Su hijo nació con parálisis cerebral y es inmóvil, muy probablemente esto fue causado por las diferentes formas de tortura que padeció en su detención.
Rosa es parte de la organización de Los Solidarios de la Voz del Amate. Desde prisión Rosa ha denunciado en varias ocasiones el trato padecido y las condiciones generales del sector femenil del CERSS nº5 de San Cristóbal de las Casas, así como las injusticias que están viviendo por las políticas del mal gobierno.
Vía telefónica, el compañero Patishtán indicó que le dicen a la compañera que si no deja su ayuno le van a quitar su hijito de dos años y tres meses.
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