Vícam y Pótam defienden
el río Yaqui y su valle generoso
Hermann Bellinghausen, municipio de Cajeme, Sonora, noviembre. El Valle del Yaqui, y las importantes tribus yaquis yoreme que lo habitan y trabajan, están prácticamente amenazados de muerte por los gobiernos panistas del municipio de Cajeme, el estado de Sonora y la República Mexicana. Faltaría la administración de Felipe Calderón a su nostálgica vocación porfirista si no intentara, con medios modernos, exterminar a ese pueblo. Ahora, vaciando las aguas el río Yaqui, corazón de la vida en casi un tercio de la enorme entidad, con fines comerciales; esto es, venderla a la ciudad de Hermosillo y a las grandes industrias.
Notable resulta el arrojo con que los licenciados Carlos Luege Tamargo y Guillermo Padrés Elías, titulares respectivos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el ejecutivo sonorense, impulsan el programa “Sonora Sí”, que ya en el nombre enseña el percal del chantaje, para desviar las agua del Yaqui y mediante un acueducto de 152 kilómetros “de subida y bajada, de la presa El Novillo a Hermosillo”, como dice un yaqui de Vícam. Para ello se anuncia oficialmente una inversión de tres mil 800 millones de pesos, con aprobación del Congreso de la Unión.
Sencillamente, se trata de despojar de su fuente de vida a las tribus yaquis, pueblo que está en la raíz misma de lo que se llama México. Sus derechos históricos fueron conquistados a pulso por generaciones sucesivas, resistiendo a los invasores desde antes de que México fuera país, y reconocidos sólo hasta el gobierno de Lázaro Cárdenas, cuando habían desaparecido ya los “yaqueros”, cazadores que cobraban por cada cabeza de indio, y el gobierno de Porfirio Díaz que les declaró la guerra, los mató y desterró sin perderles nunca el miedo. El pueblo yaqui peleó por eso como una de las fracciones indígenas más combativas y determinantes (siendo la otra los zapatistas de Morelos) en la Revolución Mexicana.
Tomás Rojas Valencia, miembro de la autoridad tradicional de Vícam, en plena cuenca del Yaqui, explica: “Desde 1937 tenemos nuestro territorio y nuestra forma propia de gobierno. Nuestros padres y abuelos participaron en ese cambio del país que fue la Revolución. Ellos impusieron entonces las condiciones para obtener lo que los yaquis queríamos. Eso influyó en la forma de concebir nuestro territorio y nuestra lucha. Logramos que los gobiernos no se metieran en las decisiones nuestras. Este territorio nos pertenece y nos da razón para decir cómo han de ser las cosas aquí. Es un derecho que hemos defendido por generaciones. Tenemos el deber moral de defenderlo y darlo a nuestros hijos”.
Mario Luna, otro representante yaqui, apunta: “El director de Conagua debe apegarse a la ley de Aguas Nacionales, pues debemos ser los yaquis quienes administramos el agua. El decreto de Cárdenas especifica que nos corresponde el 50 por ciento del agua de la presa Angostura y todos los escurrimientos”.
Los opositores al acueducto proponen además al gobierno la creación de una planta desalinizadora en algún lugar de los 85 kilómetros de costa que tienen los yaqui en el golfo de California. Permitiría llevar agua a Hermosillo a mucho menor costo y sin secar este valle, verdadero orgullo agrícola hoy amenazado por funcionarios y empresarios que, como semanas atrás dijo aquí Juan Chávez, representante purépecha del cni, “ignoran que el agua es vida, y la consideran una mercancía más”.
Según información de Esther López Portillo, basada en el documental Río Yaqui, (ilce-Online Communications, México, 1998), ya ahora las presas del Yaqui abastecen agua para riego en grandes zonas agrícolas, así como la destinada a uso industrial y doméstico en una porción significativa de Sonora. Otra fuente importante de abasto para la región es el acueducto Yaqui-Guaymas, procedente de los mantos acuíferos subterráneos del valle. Este acueducto contiene una red de once pozos, de los que se extraen alrededor de 550 litros por segundo para las ciudades de Empalme, Guaymas y San Carlos. La generosidad actual de esta cuenca no podría ser mayor. Pero los inversionistas y el gobierno quieren más.
La sequía, problema crónico del norte de Sonora, se ha agudizado en los últimos años. Para resolverlo, los planeadores determinaron drenar el fértil valle del Yaqui, en lo que se llama hacer un hoyo para tapar otro. Y no cualquiera. El valle, considerado nuestro principal “granero”, podría llegar a producir el 50 por ciento del trigo a nivel nacional. Si bien a Conagua le parece “vergonzoso que se siembre trigo”, revela Adalberto Rosas, uno de los voceros del movimiento ciudadano que coincide con la lucha yaqui.
En agosto pasado, las autoridades tradicionales de Vícam y Pótam interpusieron recursos legales ante el Tribunal Unitario Agrario 35 de Ciudad Obregón contra el gobierno del estado y Conagua. Con ello buscan impedir la construcción del acueducto de El Novillo a Hermosillo. La defensa del valle ha generado en la región una alianza sin precedentes de los indígenas con el Movimiento Ciudadano por el Agua (mca), con sede en Ciudad Obregón, conformado por yoris (“blancos”) productores agrícolas, empresarios, comerciantes, diputados locales y federales priístas, incluso un senador y un ex candidato a gobernador panistas.
Las tribus de Vícam y Pótam, con la simpatía de los demás pueblos yaquis, exigen que las autoridades se abstengan de firmar convenios o licitar obras para extraer agua del río. Demandaron al tribunal agrario la restitución del 50 por ciento de las aguas de la cuenca que les corresponden por decreto presidencial, y una medida cautelar urgente para que Conagua y el gobierno estatal no violen sus “derechos de agua”.
Son ocho los pueblos tradicionales yaqui: Loma de Guamúchil, Loma de Bácum, Tórim, Vícam, Pótam, Ráhum, Huirivis y Belem. Por su fuerza histórica y su ubicación geográfica, Vícam viene siendo el centro político y de encuentro de las autoridades tradicionales yaqui. Allí se celebró el 20 de noviembre el Foro Nacional en Defensa del Agua, convocado por el Congreso Nacional Indígena (CNI) y la tribu de Vícam, y contó con la elocuente participación del mca.
Los funcionarios Luege y Padrés han alardeado que “no cederán ante la oposición”, que les parece “partidista”. “No vamos a claudicar, ni nos vamos a amedrentar”, advirtió el gobernador, presumiendo una “transparencia” que, según numerosos señalamientos a nivel local, en los hechos no existe dentro del plan Sonora Sí.
En la capital sonorense proliferan anuncios gubernamentales con la enigmática frase “El futuro del agua está en tu voz”.
Si se han de respetar los derechos de los ciudadanos afectados (tribus yaquis, productores, comerciantes y pobladores de la región), las autoridades panistas deben entender que esa “voz” que invocan de la gente con toda claridad dice NO.
De la serie Adao e Eva na Bahia, Brasil, 2002. Foto: Rubens Fernandes Junior
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LO QUE EL CUERPO ENSEÑA
Enriqueta Lunez
ENSEÑANZAS
Luna llena de mil secretos
dale a esta planta suficientes frutos
y a mí, un largo cabello.
Luna venerada por mis ancestros
muéstrame el día fértil
y sembraré el maíz con orejas de conejo.
Luna llena no guardes más silencios
deja que mis hijos hallen en su vida
estos secretos.
CHUNUBTASEL
K’ucha’al setel jch’ulme’tik li k’usi jnae
ak’o satinuk li momol li’e
xchi’uk li vu’une nat jol xa va’kbun.
K’anbalal jch’ulmetik ta me’el mol
ak’bun kil li sk’ ak’ alil stak’ oy k’usi xch’ie
yu’un ta jts’un ka’i ixim chikin t’uluk yilel li yanale.
setel jck’ulmetik mu xa masuk xa ts’iji
ak’bo li jnich’ontake oyuk no’ox ta skuxleje
li k’usi oy ta jol ko’on li’e.
SUEÑOS
Desnuda, me veo florecer
dentro de un lago que no recuerdo
inmóvil, temerosa, confundida
del sueño que no comprendo
desesperadamente huyo
de los ángeles y demonios
que se baten
por adueñarse de mis sueños.
VAYCHILETIK
Talanun, ta xkil chi umaj
te ta yut na’m mu xbultajol
cha’bal chi va’k, xiemun, mu o no’ox jna y’aluk
mujna k’ucha’al jech li jvayiche’
ta anil chi jatav
yu’un skoj a’njeletik xchi’uk pukujetik
ja ti ta spojbesbai’k
ti jkuxlejale’.
(Favorecida por un Dios sin nombre...)
Favorecida por un Dios sin nombre
en sueños sufrió pesadumbre
en vida el malestar de su hombre.
Mujer delicada
con alma de animal nocturno
tus rezos cálidos
arrullan día y noche
al Dios que te eligió.
(Koltabil ta jun jtotik muyuk sbi...)
Koltabil ta jun jtotik muyuk sbi
ta vaychiletik laj yich vokol
tas kuxlejal a’bal ich’bil ta muk.
Ants nu stak tijel xchi’uk k’oponel
ja’a ch’ulel jun yajval ak’obal
ku’ yelan lek cha ilolaj
ta svayumtas ta jujun k’ak’al jujun ak’obal
li jtotik li la st’ujotal.
(Sahumo la tersura de tu cuerpo...)
Sahumo la tersura de tu cuerpo
ilumino tu próximo destino
sacio tu ser de notas interminables
te derramo fermentos exquisitos.
Susurro sortilegios sin que me escuches
acaricio con los pies el origen inaudito
manso y benévolo eres
al otorgarme el último aliento desvestido.
(Ta jmui’mtas ta pom lia be’ktal ta kopale...)
Ta jmui’mtas ta pom lia be’ktal ta kopale
taj jsaku’mtas li xtal a be’e
ta jnojesot ta ts’ibetik k’ejimol
ta jmaltaot ta xmuet paju’mtaubil pox.
Ta k’un k’un chkal li k’usi mu xa jna’yo’ mu xa va’ie
ta jaxulan ta kok li k’usi muk’bu na’bile
k’anbilot xapas aba’
k’alal cha vak’bon li jamal slajebal a vik’e.
Enriqueta Lunez (San Juan Chamula, 1981) ha sido afortunada como poeta en lengua tzotzil. Participante de festivales de poesía en diversas partes, sus poemas se conocen en italiano, inglés, serbio, catalán y castellano. Publicó Raíces del alma/Yi’Beltak Ch’ulelatik (Insitituto Sonorense de Cultura, Hermosillo, 2007). Sus versos expresan con original gracia una sensualidad femenina, por momentos mística, apenas revelada hasta ahora en las literaturas mayas de Chiapas.
Fuente:
http://www.jornada.unam.mx/2010/12/11/oja164-poemas.html
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