Saludos a todxs, les doy la mala noticia que Lydia Barashango, la hermana mayor y fuerte defensora de Mumia, murió el pasado 28 de septiembre. Algunos de ustedes recordarán haberla visto en el reciente documental La justicia a prueba, donde ella habla un poco del activismo de Mumia, de su vida familiar y de como su familia cuenta con su regreso a casa.
Mumia no pudo asistir a su funeral, pero la recuerda con amor en este pequeño texto.
Que descanse en paz Lydia.
-- carolina
Lydia Barashango ¡Presente!
por Mumia Abu-Jamal
Nació el 25 de agosto de 1947, hija de sureños pero una Filadelfiana de corazón.
El nacer en una familia de varones le hizo más fuerte, como se demostró en sus años juveniles cuando yo la vi descontar a su novio y tirarlo por la barandilla. Me pareció que él estaba más asustado que lastimado, pero es posible que haya escondido su dolor para proteger su ego masculino.
En aquel entonces le decíamos “Penny” por el color cobrizo oscuro de su piel y su sonrisa radiante y deslumbrante. Era bailarina de danza moderna y por supuesto bailaba los pasos que surgieron en la época del R&B de las Supremes, los Temptations y Smokey Robinson y los Miracles.
Era una buena estudiante y de joven ganó su certificación de enfermera titulada. También era la madre de dos hijos, Vernon y Jabari.
En 1996, conoció y se casó con el renombrado académico de la filosofía del nacionalismo negro, el reverendo Ishakamusa Barashango, quien le abrió las puertas a un nuevo mundo de conocimiento y a una plétora de ideas.
Ella le ayudó a administrar El Templo del Mesías Negro, un hogar espiritual para una creciente comunidad inspirada en el nacionalismo negro en Filadelfia.
Lydia trabajaba como consejera de la juventud y se encargó de un programa de ritos de pasaje para las jóvenes negras revoltosas.
Amaba a su pueblo, a sus hijos y nietos y a sus hermanos.
Lydia Barashango sucumbió al cáncer de mama unos días después de cumplir 64 años.
Será recordada con mucho amor, no sólo por este hermano, sino por muchos otros hermanos y hermanas.
Desde el corredor de la muerte, soy Mumia Abu-Jamal.
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