Hacemos un llamado a todos y a todas a que se unan a nuestra lucha, que entiendan que la lucha es de todos. Nosotros ahora estamos padeciendo la brutalidad del crimen organizado (entiéndase que la tala clandestina es parte del crimen organizado) y la complacencia del gobierno. Piensen en las diversas formas de manifestarse en contra del crimen organizado. Nosotros, hoy somos el foco de atención, pero cuando Cherán sea sofocado (que esperamos no sea así) seguirán otras muchas comunidades humilladas y saqueadas.
Hoy, a casi dos semanas de iniciada la lucha contra un enemigo que es como la noche: sabemos que está ahí al acecho pero no podemos apresarlo, nuestra vitalidad está mermada, noches de desvelo y días de preocupación cargamos en nuestros hombros. Tuvimos la ingenuidad de considerar el apoyo del gobierno. Estamos en estos momentos sufriendo nuestra ingenuidad. Dos compañeros yacen muertos. ¿Por qué? Por defender lo último que nos queda: dignidad. Por amor a la naturaleza, por amor a la vida. Como bien señala Javier Sicilia: “estamos hasta la madre”. Pero si no logramos una unidad significante y total, cada muerte será en vano: la de cada hijo o hija, la de cada padre o madre, la de cada hermano o hermana, la de cada compañero o compañera. Digamos: ¡ya no más!
Con los cuerpos cansados, mas con el espíritu más grande que nunca, hoy nos reivindicamos en favor de la vida y en contra de todo lo que atente contra ella. No somos Cherán, somos todos y todas.
Les pedimos que nos muestren su fortaleza, para que nuestra lucha también se fortalezca. Compañeros y compañeras, únanse a la lucha, no esperen más, aún estamos a tiempo de salvar lo poco de dignidad que nos queda. Basta de quejas, pasemos a exigencias y con acciones demostremos nuestro amor a la vida. Basta de gritos de dolor, demos gritos de lucha.
Una vez más: hermanos y hermanas p’urhépechas, hermanos y hermanas mexicanas, seamos uno.
Sépase: la responsabilidad por nuestros muertos es responsabilidad directa del gobierno. Nuestros compañeros que luchando en el bosque fueron emboscados. Sus cuerpos llegaron sin vida al hospital, asesinados con armas de alto calibre. Los médicos dieron parte a los ministerios públicos correspondientes (el municipal, el de Zamora y el estatal), pero éstos se negaron, deslindándose de toda responsabilidad, a recibir los cuerpos abatidos en batalla.
Una vez más: hermanos y hermanas p’urhépechas, hermanos y hermanas mexicanas, seamos uno.
Invitamos a todos y a todas a que se unan a nuestra lucha, exigiendo desde sus lugares la justicia que ha sido violada. No permitamos el paso a esos grupos que nos han querido acobardar. Hagámosles sentir nuestra presencia. Que no nos aniquilen. Exijamos el restablecimiento del orden a quienes corresponda o que desalojen lo que no han podido ejercer, que es utilizar el poder que la ciudadanía les dio para la construcción de un orden constitucional.
¡Basta de asesinatos!
¡Basta de secuestros!
¡Basta de la impunidad de esos que se sienten protegidos!
¡El futuro es nuestro!
¡Que viva Cherán khéri!
¡Que vivan las comunidades p’urhépecha!
¡Que viva el pueblo mexicano!
Imprimir
No hay comentarios:
Publicar un comentario