Durante la mañana del Viernes 10 de Mayo varios policías, que llegaban en cuatro patrulleros, intentaban abrir la puerta de La Solidaria, patadas, insultos y amenazas mediante. Varios compañeros y vecinos iban acercándose al lugar, ubicado en Fernández Crespo y Cerro Largo, hasta que las fuerzas represivas del Estado tuvieron que retirarse.
Como era de suponer, regresaron, esta vez el Lunes 13 de Mayo, también por la mañana, exigiendo -sin citación- que alguien del espacio se presentara en la comisaría correspondiente para declarar sobre la concentración hasta la iglesia de la Congregación Evangélica Alemana llevada a cabo el Jueves 2 de Mayo.
El Jueves 16 de Mayo cerca de las nueve de la noche golpeaban la puerta cuatro policías llamando a un compañero -esta vez con citación- para que fuera a declarar.
El Sábado 18 de Mayo por la mañana el compañero estuvo cerca de tres horas recibiendo preguntas no sólo sobre la concentración, sino que además preguntas relacionadas con los grupos que se juntan en el espacio. También preguntas relacionadas con sus ideas, por ejemplo, le preguntaron si es anarquista, dejando en claro el carácter del interrogatorio. No sólo preguntas sino que amenazas de todo tipo, incluyendo la de un allanamiento precedido por una falsa denuncia creada por ellos mismos de boca de pasta base en la casa.
El carácter ilegal del intento de desalojo y los llamados a declarar sin citaciones no nos sorprende ni es el punto hacia donde se dirigen nuestras protestas. El accionar policial ilegal, la corrupción y la prepotencia son parte de un mismo modo de vida que los explotadores, los poderosos y sus defensores impulsan. Las fuerzas represivas del Estado no cumplen otra función que la de humillar, golpear, amenazar, encerrar y generar miedo a todos los que no le sirven a su mundo.
No nos sentimos víctimas de nada, nos enorgullece defender un espacio que creamos como una herramienta para potenciar un mundo en el que las relaciones no estén regladas por el poder y el dinero.
Sabemos bien que esto no sólo significa un intento de desalojo por parte de la Congregación de la Iglesia Evangélica Alemana en complicidad con las fuerzas represivas del Estado. Sabemos que significa más que nada un intento de instalar el miedo en las cabezas de todos aquellos que no nos quedamos quietos o callados. Sabemos que significa un ataque a los grupos, colectivos e individuos que nos encontramos activos luchando contra esta forma de vida basada en la explotación. Sabemos muy bien que es un ataque a la lucha contra la megaminera Aratirí y contra todos los proyectos sociales autónomos. Sabemos más que bien y no dudamos en decir que intentan dar una lección a todos los que no aceptamos las condiciones de vida impuestas por los poderosos y los explotadores e intentamos crear otro mundo basado en la solidaridad, el
apoyo mutuo, la autogestión y la acción directa.
¡No al desalojo de La Solidaria!
Saquen sus manos de nuestros centros sociales
--
--
Imprimir
No hay comentarios:
Publicar un comentario