calidadde la educación y vicios lingüísticos inaceptables en un documento universitario oficial, que pretende ser la base del
mejoramiento de la calidad educativa. Ejemplos que se repiten una y otra vez:
con relación a,
implementar,
modalidades que se ofertan,
al interior de,
prioriza,
retroalimentación,
a nivel de,
en base a. De la misma manera, sin la menor reflexión, se repiten lugares comunes como la
sociedad del conocimiento, el
mundo globalizadoy, por supuesto, las
competenciasy la
competitividad.
Están ausentes del proyecto de reformas al plan de estudios del bachillerato del CCH una propuesta pedagógica y una indagatoria seria acerca de una cuestión fundamental: ¿para qué estudiar? La respuesta de los documentos se precipita también en lugares comunes y generalizaciones:
acceder a mejores oportunidades sociales, responder a los desafíos y necesidades de la sociedad contemporánea y, al mismo tiempo, actuar para transformar su realidad. ¿Qué le dice esto a un jovencito de quince años, hoy? ¿Cómo esperar que aguante la tortura de escuchar a sus profesores durante treinta horas a la semana, apurados para cumplir el programa, en un salón atiborrado? Después de eso, ¿qué? ¿Se pondrá a estudiar? Cientos de miles se van a sus casas a ver la televisión o a la calle, y unos pocos
afortunadosa trabajar.
La primera ruptura con el proyecto original del bachillerato del Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM consistió en aumentar las
clasesde 17 horas a la semana a 29. El plan inicial partía del individuo: un joven estudiante que dedicaría a sus estudios cuarenta o cuarenta y dos horas a la semana (como lo hace un adulto en su trabajo), 17 de ellas a participar en el trabajo en grupo (
clases), y otras 25 (una y media por cada hora de
clase) a estudiar (que es la mejor manera de aprender); las otras 126 horas de la semana a dormir, transportarse, hacer deporte, divertirse, a comer y a rumiar sus aprendizajes. Así se buscaba hacer efectivo el propósito de
aprender a aprender.
Por supuesto esto implicaba que la institución, además de aulas y profesores, proporcionaría a los estudiantes los apoyos necesarios para estudiar: bibliotecas, tutorías, materiales de estudio. Una medida que se dispuso para este proyecto fue dotar a cada plantel con una imprenta en la que se reproducían amplia y oportunamente las guías y textos necesarios; así, la propuesta era: todo mundo a leer, a escribir y a discutir. Este proyecto se eliminó: no se asignaron los recursos necesarios para las bibliotecas, los maestros quedaron agobiados con las horas de
clasea grupos numerosos y las imprentas se enviaron a un
lugar seguro. En la administración de Soberón, con afanes policiacos, también se cerraron las cafeterías en toda la UNAM por considerar que en ellas se organizaban las conspiraciones contra la autoridad. Inevitable recordar que, en esa misma época, Luis González y González decía que una buena biblioteca y una buena cafetería son los elementos esenciales de una buena universidad.
irregularesa quienes las rompen. Es indispensable añadir al enfoque sociológico el sustento filosófico y la teoría pedagógica.
enseñe a aprender, generaciones enteras, fuera del sistema escolar, han aprendido y aprenden la cultura de su tiempo y aprenden a enriquecerla. La capacidad de aprender es universal y casi innata en el ser humano. En el sistema escolar es necesario
aprender a aprenderporque el propio sistema, con sus prácticas antieducativas, ha destruido esa capacidad, en vez de enriquecerla. El proyecto original del bachillerato del CCH, al reducir las
horas clase, buscaba generar nuevas (y recuperar viejas) experiencias de aprendizaje y con ello el que los estudiantes
aprendieran nuevamente a aprender.
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