La Otra Campaña, Nueva York
¡Qué impresionante! Ola tras ola de protesta por la liberación de Alberto Patishtán y Francisco Sántiz López, carta tras carta llegando de cada parte del mundo. Resultado por supuesto de la organización y determinación de los organizadores de las semanas de lucha por su liberación, pero es algo mucho más que eso. Reconocemos en Alberto y Francisco a nosotros, reconocemos que están sufriendo por nosotros. Su lucha es nuestra lucha. Su lucha es la lucha de todos los que soñamos todavía que pueda haber un futuro para la humanidad, una vida digna. Su encarcelamiento es simplemente otra manifestación de que el capitalismo no tiene lugar para la humanidad. El sistema actual es una agresión constante, una máquina de destrucción que busca destruir todo lo que no se subordina a su lógica del dinero, todo lo que se opone a la lógica de la ganancia. Pero no logra hacerlo porque hay gente como Alberto y Francisco que dicen No, que no lo van a aceptar – Alberto y Francisco e Inés y César y Juan y Ana y Julio y Sergio y Toño y Virginia y Hortensia y Cecilia y Gustavo y Tom y Bill y Vittorio y Martha y Hans y Sabu y Mariana y Silvia y Eric y Giuseppe y François, y, y, y, y, y millones y millones y millones que no vamos a aceptar. Por eso todas las protestas, por eso todas las cartas – porque nosotras y nosotros estamos con ellos en la cárcel. Para que ellos respiren, para que ellos vivan, para que nosotras y nosotros respiremos, vivamos, tenemos que tumbar las paredes del calabozo. Tumbemos las paredes de los calabozos de Chiapas, los calabozos del mundo, tumbemos el sistema-calabozo.
John Holloway
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