Estimados compañeros: felicitaciones por la importante labor de educación y difusión del pensamiento marxista, tarea imprescindible en la actualidad por las deformarciones que sufriera, además de ser una herram ienta imprescindible para conocer la realidad actual. Por razones de distancia no podré asistir a dichos cursos, pero les envío un pequeño artículo que escribí hace poco a pedido de unos compañeros.
Muchos saludos Horacio
EL
CAPITALISMO Y LA CIENCIA
Este
artículo de Carlos Marx, un poco olvidado, que transcribo lo escribió en el año 1863,
definiendo aquí el papel y la ubicación de la ciencia en la sociedad
capitalista.
En este
sentido, subraya que en las condiciones del capitalismo, la ciencia,
progreso del pensamiento humano, es explotada por la burguesía. El capital,
que no crea la ciencia, la utiliza y se apropia de sus frutos.
Es de
fundamental importancia la tesis de Marx, plenamente vigente, según la cual
en el capitalismo la ciencia, los avances tecnológicos, son hostiles al
trabajo, lo sojuzga y contribuye al reforzamiento de la explotación de la
clase obrera – que por supuesto no desaparece -, de modo tal que hace
aún más necesaria la lucha por su emancipación definitiva, ya que esta no se
logrará por medio de una “revolución tecnológica y cibernética”, como
algunos intelectuales posmodernos nos prometen.
Por lo
expresado, la burguesía tiende justamente a situar el desarrollo de la
ciencia en el centro de sus preocupaciones. Cada vez más la producción misma
pasa a ser prácticamente un subsistema derivado de la ciencia, comenzando a
desempeñar un papel de creciente importancia no sólo los medios de producir
productos, sino también los “medios de producir conocimientos
científicos”. Se va conformando así una nueva capa social, al servicio
del bloque de poder dominante, al que algunos investigadores sociales ya han
calificado con el nombre de “burotecnocracia”.
Por cierto
que se sigue acentuando con una mayor intensidad la tendencia histórica a
desplazar el trabajo manual por el trabajo intelectual, lo cual obliga a
estudiar constantemente las modificaciones en la estructura interna y
características del proletariado de cada país.
Asimismo, la
producción, como fenómeno intrínseco del capitalismo, se va concentrando en
un número más reducido de grandes empresas a dimensión mundial, capaces de
sobrevivir al desafío competitivo mas exigente y feroz y por la necesidad
de un muy elevado nivel de inversión. Este es el formidable poder económico financiero que maneja actualmente los destinos del planeta.
En
definitiva, el deseo es que este texto de Marx y su genial visión de
futuro, contribuya a reflexionar seriamente sobre la necesidad de estudiar,
profundizar y analizar una realidad en permanente movimiento y cambio, con
el insustituible instrumento de la dialéctica revolucionaria, y como única
forma de encontrar caminos para poder transformar la sociedad.
Responde a
la vez al concepto compartido de que hay que respetar siempre a aquellos en
cuyos hombros nos hemos apoyado, y volver constantemente a ellos para
proyectarnos, en unidad indisoluble de la teoría y la práctica e impulsados por su espíritu innovador, con más lucidez y
firmeza hacia un mundo mejor, un mundo socialista.
Horacio Rovito - Miembro del Colectivo "Avanzar".-
“La producción
en masa – o cooperación en gran escala con empleo del maquinismo – comienza
por someter en gran escala las fuerzas naturales – viento, agua, vapor,
electricidad – al proceso de producción directa: los transforma en agentes
del trabajo social (en la agricultura, bajo sus formas precapitalistas, el
trabajo humano aparece más bien como auxiliar del proceso natural, al que no
domina). En cuanto tales, estas fuerzas naturales no cuestan nada, no son
producto del trabajo humano.
Pero su
apropiación no se opera sino por intermedio de las máquinas, las cuales sí
cuestan algo, por ser el producto de un trabajo anterior. Por consiguiente,
como agentes del proceso de trabajo, las fuerzas naturales sólo son
apropiadas por medio de las máquinas y por los poseedores de máquinas.
Como estos
agentes naturales no cuestan nada, se incorporan al proceso de trabajo sin
incorporarse al proceso productor de valor. Aumentan la productividad del
trabajo sin aumentar el valor del producto, sin añadir nada al valor de las
mercancías. Por el contrario, cada mercancía tomada en particular
disminuye, porque la masa de las mercancías producidas en el mismo tiempo de
trabajo aumenta y, en consecuencia, el valor de cada parte alícuota de la
masa se reduce. En la medida en que estas mercancías entran en la
reproducción de la fuerza de trabajo, el valor de esta fuerza de trabajo
disminuye; en otros términos, el tiempo de trabajo necesario para la
reproducción del salario se reduce y el tiempo de sobre trabajo se
prolonga. En este sentido, las fuerzas naturales son apropiadas ellas
mismas por el capital. No es que se eleven el valor de las mercancías; al
contrario, lo reducen y entran en el proceso de trabajo sin entrar en el
proceso creador de valor. El empleo en gran escala de estas fuerzas
naturales sólo es posible allí donde el propio maquinismo es empleado en
gran escala y donde, por consiguiente, existe la concentración
correspondiente de obreros y la cooperación de estos obreros sometidos al
capital.
La utilización
de agentes naturales – en cierta medida, su incorporación al capital –
coincide con el desarrollo de la ciencia como factor autónomo del proceso de
producción. Cuando el proceso de producción se convierte en una aplicación
de la ciencia, la ciencia, a la inversa, se convierte en un factor o, por
así decirlo, en una función del proceso de producción.
Todo
descubrimiento sirve de base a un nuevo procedimiento, a un nuevo
perfeccionamiento de los métodos de producción. Solo con el modo de
producción capitalista se pone la ciencia al servicio del proceso de
producción directa, mientras que, a la inversa, el desarrollo de la
producción proporciona el medio de dominar teóricamente la naturaleza. La
ciencia adquiere, pues, la vocación de ser un medio de producción de
riquezas, un medio de enriquecimiento,
Con este modo
de producción se plantea por primera vez problemas prácticos que solo pueden
ser resueltos científicamente. Sólo entonces, con las necesidades del
proceso de producción en sí mismo, se hacen experiencias y observaciones a
un nivel tal que permiten, que necesitan incluso, la aplicación de la
ciencia, el progreso teórico de la humanidad. Por cierto, el capital no
crea la ciencia, pero la explota, la incorpora al proceso de producción.
Pero al mismo tiempo se produce una separación de la ciencia, entendida como
ciencia aplicada a la producción, y del trabajo directo; mientras que en las
etapas anteriores de la producción la suma de conocimientos es reducida ,
las experiencias están directamente ligadas al trabajo mismo, la ciencia no
puede desarrollarse como una fuerza autónoma, separada del trabajo; de modo
que en general sólo se extiende muy lentamente y en pequeña escala (
aprendizaje empírico de los “secretos” de cada oficio ). El cerebro y la
mano no están todavía separados.
El Sr. Howell
(uno de los inspectores de fábricas) dice: “Según las mejores autoridades en
la materia, parecería que el trabajo en la fábrica es una especie de trabajo
de fuerza inferior que no recurre al ejercicio de las facultades mentales”,
y cita en estos términos a los mismos patrones: “Los obreros deberían tener
siempre presente que su trabajo es una forma inferior del trabajo
especializado, que no por eso es más fácil adquirirlo y remunerarlo mejor
por su calidad, una forma que un aprendizaje rápido y poco costoso no pueda
proporcionar más rápida y abundantemente… Las máquinas del patrón tienen,
en realidad, un papel más importante en la producción que el trabajo y la
calificación del obrero, cuya educación se hace en seis meses y está al
alcance de cualquier obrero” (Pag. 17, The Masters Spinners and
Manufacturers…).
La palabra
“fábrica”, tal como ha sido dada en la cláusula de interpretación de la
Factory Act de 1884 ( 7mo. Año del reinado de Victoria, art. 15, inc. 73) se
define así: “La palabra fábrica será tomada en el sentido de edificios y
lugares o en el recinto de los cuales el vapor, el agua o toda otra fuerza
mecánica sean utilizados para mover o accionar máquinas destinadas a la
preparación ,tratamiento o elaboración final, o para todo proceso que entre
en el tratamiento del algodón , etc…(que el objeto que concurre a hacer que
una fábrica sea propiamente lo que es, se trate de algodón, crin, seda,
lino, cáñamo, yute, hay que atribuirlo, como es evidente, a las condiciones
locales: esto no es esencial en la fábrica). Si las máquinas son
calificadas aquí de “máquinas del patrón”, si la función de las mismas está
asimilada a la función del patrón, en el proceso de producción (the business
of production ) sucede absolutamente lo mismo con la ciencia incorporada a
estas máquinas, o a los procedimientos de fabricación , a los procesos
químicos, etc. La ciencia aparece como una potencia extraña y hostil al
trabajo, al cual sojuzga; Por una parte, su aplicación es la concentración
; por otra, la transformación de los conocimientos , observaciones,
secretos de oficios trasmitidos empíricamente, en ciencia, en análisis del
proceso de producción , por aplicación de las ciencias de la naturaleza al
proceso natural de la producción . Su aplicación reposa, pues, en la
separación entre las fuerzas intelectuales del saber y los conocimientos y
la habilidad del trabajador individual; así como la concentración y el
desarrollo de las condiciones de producción y su transformación en capital
reposan en el hecho de que el trabajador es despojado, separado de esas
mismas condiciones de producción.
El trabajo en
la fábrica no deja al trabajador más que el conocimiento de algunos
manipuleos; con él quedan anuladas las leyes de aprendizaje; la lucha
librada por el Estado, etc., para que los trabajadores jóvenes sepan por lo
menos leer y escribir, muestra que esta aplicación de la ciencia al proceso
de producción coincide con el sofocamiento de todo desarrollo intelectual en
los actos de la fabricación. Es cierto que se educa a un pequeño número de
trabajadores calificados, pero esto nada es en comparación con la masa se
trabajadores “descultivados”.
Por otra parte,
dos cosas resultan claras: el desarrollo de las mismas ciencias de la
naturaleza (y estas constituyen la base de toda ciencia), como de todo saber
relativo a la producción, se opera a su vez sobre la base de la producción
capitalista, que en gran parte les crea, por primera vez, los medios
materiales de investigación, observación y experimentación. Los hombres de
ciencia, en la medida que la ciencia se utiliza por el capital como medio de
enriquecimiento, que por el mismo motivo llega a ser un medio de
enriquecimiento para los que la desarrollan, entran en concurrencia entre
sí para encontrar su aplicación práctica. Por otra parte, el descubrimiento
llega a ser un oficio en sí. En estas condiciones el factor científico
halla con la producción capitalista un desarrollo – esta vez conciente - ,
es empleado y llevado a un grado tal, que en las épocas anteriores no han
podido imaginar siquiera.
Carlos MARX
No es
necesario ser “un experto”. Solamente tener una pasión por la liberación de
América Latina y una curiosidad de las ideas de Carlos Marx. Puede Marx
"habla" de América Latina? ¿Puede América Latina "habla" de
Marx? Ven y explora estas preguntas con nosotros.
Los primer y tercer
viernes del mes, 12 a 2
(próxima clase noviembre
2)
Local de la sección 9 democrático CNTE
Belisario Domínguez No. 32, tercer piso
(A tres calles del metro Allende)
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