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Anticapitalistas en la Otra
Anticapitalistas en la Sexta es un espacio de discusión y organización política de carácter anticapitalista e internacionalista, que busca enlazar las luchas y fortalecer la unidad de las y los trabajadoras de la Ciudad, el Campo, el Mar y el Aire, y del resto de l@s explotad@s por el sistema capitalista para avanzar en la construcción de un Programa Nacional de Lucha y su Plan de Insurrección. Como segundo propósito buscamos difundir las luchas, denuncias y actividades de los adherentes a La Sexta en el país y el mundo, y también de todos aquellos que que sin ser parte de La Sexta se encuentren abajo y a la izquierda.
Video del mes:
Palabras del mes:
Es preciso no olvidar que en virtud y por efecto de la solidaridad del proletariado, la emancipación del obrero no puede lograrse si no se realiza a la vez la liberación del campesino.
De no ser así, la burguesía podría poner estas dos fuerzas, la una frente a la otra, y aprovecharse, por ejemplo, de la ignorancia de los campesinos para combatir y refrenar los justos impulsos de los trabajadores citadinos; del mismo modo que, si el caso se ofrece, podrá utilizar a los obreros poco conscientes y lanzarlos contra sus hermanos del campo.
CARTA DE EMILIANO ZAPATA A GENARO AMEZCUA
Tlaltizapán, Febrero 14, 1918
Canción La Otra Obrera
domingo, 28 de abril de 2013
Pedro Echeverría: BAKUNIN-MARX
Dos aniversarios en mayo: el 199 de
Bakunin (anarquista) y el 195 de Marx
(comunista)
Pedro Echeverría
V.
1. Dado que los anarquistas no han
luchado por construir partidos, ni gobiernos, ni Estado, y solo se han unido
para luchar contra esas instituciones y la sociedad capitalista que los hace
posible, sólo puede decirse que hay corrientes anarquistas radicales y
pacíficas. En cambio, en nombre del marxismo han surgido millones de partidos,
decenas de gobiernos (Rusia, China, Europa, Cuba, Nicaragua) y proyectos para
sociedades futuras haciendo ver que hay por lo menos 20 interpretaciones del
marxismo. Sin embargo, a partir de los años sesenta del siglo XX las luchas en
las calles de los jóvenes parecieron identificarse más con el viejo ideal
anarquista de los sin partido, sin gobierno y sin Estado. ¿Hasta qué grado hoy
muchas corrientes marxistas –sobre todo las socialdemócratas- han desprestigiado al
marxismo?
2. Mijail Bakunin
(1814-76) y Kart Marx (1818-83), luchadores por la revolución mundial de los
trabajadores contra la explotación capitalista, fueron amigos pero se
confrontaron ideológicamente en la Primera Internacional
(1864-72) en los años sesenta del siglo XIX: Cuando Bakunin se presentó en Londres en
1864, Marx lo enjuició así en una carta a Engels:
“Es una de las pocas personas que al cabo de dieciséis años no solo no ha
retrocedido, sino que ha evolucionado considerablemente”. Bakunin, por su parte escribió en una carta: "Desde que
abandonamos pública y solemnemente a la burguesía en el Congreso de Berna, no sé
de ninguna otra sociedad, cualquier otro ambiente, que el mundo de los
trabajadores. Mi país es ahora la Internacional, de la cual usted
es uno de los fundadores más importantes… yo soy su discípulo, y estoy orgulloso
de serlo".
3. Bakunin escribe que bien podría
llegarse “a una lucha entre los dos no por una cuestión personal, sino
simplemente por principios, es decir, el comunismo de Estado cuyos ardientes
adeptos son él y los ingleses y alemanes que dirige. De llegarse a tal combate,
sería a vida o muerte”. “Yo
pretendo abolir el Estado, que hasta hoy ha esclavizado, oprimido, expoliado y
humillado a las personas”. La realidad es que tanto el marxismo como el anarquismo parten de la situación en que
se encuentran los trabajadores, de la desigualdad tan tremenda que hay entre
estos y la burguesía, y proponen una sociedad mucho más justa en la que todos
los hombres sean iguales. Las dos ideologías obreras van a encontrar siempre enfrente a un
enemigo común: la burguesía, que, como es lógico, no va a tolerar que los
obreros trasformen la sociedad ya que ello conllevaría su propia
desaparición.
4. Es indiscutible que la única solución posible para cumplir el
objetivo de liberar a la clase trabajadora es mediante la eliminación de la
sociedad burguesa y el sistema capitalista, en este punto están de acuerdo
Bakunin y Marx. El problema de desacuerdo es en los métodos para acabar con el
capitalismo: si el Estado debe abolirse ya o permanecer. Otro paralelismo entre marxistas y anarquistas es que, una vez que
se haya producido la liberación de la clase trabajadora tras el fin del
capitalismo, la propiedad de todos los bienes sería colectiva y por tanto
quedaría abolida la propiedad privada, uno de los principios básicos de la
burguesía y el liberalismo político. De todas formas también en este tipo de
propiedad colectiva habrá diferencias de matices entre las dos propuestas
obreras.
5. En la sociedad capitalista, liberal o burguesa, Marx llega a
considerar legítima la participación en la vida política por medio de partidos
obreros en el juego electoral. Piensa que ganando las elecciones se pueden
cambiar muchas cosas, aunque no tiene confianza ni muchas esperanzas en que de
esta manera se transforme la sociedad ya que la burguesía seguirá dominando y
conservando importantes dominio del poder. ¿Qué dicen los anarquistas? Que
ellos
no participan en política (¿electoral?) porque consideran
absolutamente injusta la sociedad burguesa y participar en política sería
aceptar, implícitamente, esa sociedad dominante. Por eso no aceptan la formación
de partidos políticos como forma de organización, dando mayor importancia al
trabajo en el interior de los sindicatos anarquistas, los movimientos de masas,
así como a agrupaciones informales que no busquen el poder.
6. Los marxistas son partidarios de que los obreros organizados
tomen el poder político a través de una revolución (siendo la forma que ha
tenido la burguesía de acceder al poder), y una vez que los obreros ocupen el
poder se establecerá la dictadura del proletariado para desmontar el sistema capitalista y
como transición hacia la sociedad sin clases en la que todos los hombres serán
iguales (así se explica en el Estado y la Revolución de Lenin) Los anarquistas, por el contrario, critican y atacan al Estado y a
toda autoridad; piensan que el Estado ha generado el capitalismo y son dos
aliados eternos, que el poder impone desigualdad e impide la libertad del
individuo. Por eso concluyen que el objetivo no es conquistar el poder, con lo
que no se conseguiría nada, sino destruir el poder, el Estado, como fuente de
todos los males.
7. Para Marx del siglo XIX, serían los obreros –la clase
trabajadora que se desarrolla más en la sociedad burguesa- los que acabarían con
el capitalismo por tener una mayor conciencia de clase y ser la contradicción
principal; casualmente podían contar con otros aliados como el campesinado, pero
el protagonista fundamental debía ser el proletariado. Algunas corrientes
anarquistas, sin embargo, piensan diferente: argumentan que la eliminación del
capitalismo y la sociedad burguesa sería llevada a cabo por los más explotados y
más miserables, los campesinos, los
marginados y otros sectores muy confrontados; y en su modelo alternativo de
sociedad proponen una vuelta al campo, en el panorama de la II Revolución
Industrial.
8. La dictadura del proletariado será inevitable para los
marxistas; señalan que en esta fase transitoria debe y tiene que existir un
Estado fuerte, autoritario y centralizado para acabar con los restos del
capitalismo. Incluso el “socialismo de Estado de transición” se convirtió en
nuevo Estado.
La postura anarquista será radicalmente opuesta, van en contra del
Estado y por tanto éste tiene que desaparecer, no se trata de sustituir a la
burguesía por los trabajadores en el poder, sino eliminar el poder, el Estado y
la autoridad como fuentes de desigualdades entre los hombres. Su propuesta es la
de una sociedad dividida en comunas o células anarquistas que espontáneamente se
federarían para coordinarse en algunos asuntos de interés general pero sin que
existan estados, ejércitos ni fronteras.
9. ¿Cómo festejarán aquellos dos
acontecimientos de mayo del siglo XIX? Si los marxistas (aunque ya maduros) se
reúnen para analizar la situación nacional e internacional y discutir las
mejores formas para destruir el poder de la burguesía y asumir el poder en
nombre del proletariado, estarán siendo muy consecuentes con Marx. Si los
jóvenes anarquistas salen a la calle para gritar contra la explotación
capitalista, reclamar libertad, pintar paredes y confrontar la represión,
estarán haciendo honor a Bakunin. Pienso que este mayo en México va a ser muy
importante, no tanto por los aniversarios de nuestros viejos ideólogos y
luchadores sociales, sino porque obligará a los trabajadores –sobre todo a los
profesores y estudiantes del país- a retomar sus batallas contra la explotación
y la libertad por las que tanto luchó Bakunin y Marx.
(24/IV/13)
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