Amigos, Hermanos:
Hoy en Chihuahua, un buen hombre, un policía, un amigo, por las balas y la indiferencia, perdió a su esposa y a su hija.
No importa si alguien intente justificar ese hecho, nada puede perdonar un acto de tal barbarie, de tal maldad, de tanta ferocidad.
Ella era policía si, él también lo es, es cierto, pero nadie puede decirme que eso era inevitable o que existía alguna razón para que eso sucediera, no existe un dolor comparable al de perder a su familia y nada, ni el hecho de ser policía va a convencer o a justificar tal hecho.
La conocí, si, la vi repetidas veces con mi amigo, alguna vez, tal vez, le pellizqué una mejilla, tenía cinco años, una bebé, ni siquiera comenzaba a vivir; ¿Que le digo? ¿Como lo consuelo? No se puede.
¿Que hizo el gobierno para evitarlo? Nada, ¿Qué hicimos nosotros? Nada, ¿Por qué la complicidad? ¿Por qué el miedo? No sabemos ¿Qué podemos hacer? Mucho: gritemos, protestemos, y así los que deben detener esto, tal vez hagan algo, tal vez dejen de proteger a los asesinos, tal vez de veras los encarcelen… y nosotros tal vez dejemos de tener miedo, tal vez ahora si denunciemos al vecino que sabemos vende droga, tal vez nos animemos a hacer una llamada anónima cuando veamos que alguien tiene un arma, o tal vez, dejemos de comprar droga y financiar esta barbarie, No es cierto, no depende de la familia ni de nuestra cultura, pero podemos hacer un poco de tal manera que los que deben hacer algo no puedan justificarse y en realidad hagan algo, si no, ya sabemos, tendremos al igual que mi amigo, que enterrar a nuestra familia poco a poco o de golpe, primero un sobrino, después un padre, una esposa, una hija.
A Sergio, mi amigo, mi mas dolida condolencia, a mi pueblo, un llamado una súplica: Hagamos lo que debemos hacer.
Alejandro Alcocer Herrera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario