Intento de Golpe de Estado en Ecuador
La Policía Nacional de Ecuador con una fuerza de fuego 40 mil efectivos agredió y secuestró al presidente de Ecuador Rafael Correa en un acto que inició como una supuesta protesta alrededor de una serie de puntos reivindicativos. A continuación, puestos militares ocuparon el aeropuerto y otro grupo de la Policía Nacional tomó el parlamento ecuatoriano, entre las acciones más destacadas de las fuerzas militares y policiales del sureño país. Seguido a esto, declaraciones beligerantes de la oposición y principalmente del ex golpista y ex presidente Lucio Gutiérrez desde su refugio en Brasil, llamaban a que “se vaya del gobierno”. Muchos militares jugaron en la intentona golpista, esperando cómo se desenvolvían los acontecimientos antes de dar pasos más explícitos. La maniobra fue preparada y organizada con antelación; todas las piezas estuvieron colocadas.
Durante el transcurso del día se hicieron presentes los rechazos de una gran parte de los países de América Latina y de Europa a la maniobra golpista que duró varias horas. Cristina Kirchner convocó a los miembros de la Unasur desde Argentina, ante los acontecimientos ecuatorianos. La OEA, Unasur, Chávez, Morales, Kirchner y otras instituciones, han salido a hacer declaraciones de repudio a la intentona golpista; hasta Porfirio Lobo, el producto del golpe de Estado de Micheleti condenó el ataque. Sin embargo, la fuerza discursiva no sirvió para parar a los golpistas, y por supuesto, sin llamar a la más amplia movilización continental de los explotados contra el golpismo como no hicieron contra el golpe hondureño, esperaron a ver el desenvolvimiento del golpe. Esa es una de las características de los gobiernos “progresistas” que hay en América Latina: se llenan la boca de palabrerías huecas pero no toman medidas prácticas concretas y no llaman nunca a las masas populares a las calles. Tampoco las centrales sindicales fueron capaces de llamar a medidas de fuerza o paros generales como correspondía para derrota a los golpistas. Ahí está el alcance y agotamiento de los “progresistas” de moda en América Latina. El “socialismo del siglo XXI” ya demostró su verdadero alcance que sólo sirvió para llamar a las Fuerzas Armadas de Ecuador a “restablecer la legalidad”.
El gobierno de Barack Obama, tuvo un número importante de vacilaciones respecto de esta situación a lo largo del día. Primero, a través de su cancillería declaró que se “mantenían atentos” a los hechos que se llevaban acabo en Ecuador; posteriormente declararon que “no apoyarían el golpe de Estado”, lo que estrictamente no significa que lo condenen; la misma receta aplicada en Honduras y que en realidad es producto de una política imperialista de agresión constante y de guerra que busca una reversión del ascenso de los movimientos populares en América Latina. La política de Obama para la región no ha sido menos reaccionaria que la de su predecesor Bush. Su principal preocupación para la región es cómo demoler el profundo proceso de rebeliones populares que ya lleva una década, y cómo se van quitando a los personajes “molestos”, no totalmente alineados.
La rebelión popular desatada por estos hechos, es quien realmente toma el control de la situación; es quien decide marchar para liberar a Correa y son recibidos por los golpistas con ataques frontales y gases lacrimógenos ante la inacción complaciente de la Fuerzas Armadas, que al final actuaron. Lo que empezó como la reedición del golpe de Estado en Honduras en 2009, terminó, en un primer momento, como en 2002 en Venezuela: con el pueblo volcado en las calles.
El pueblo trabajador de Ecuador ganó una primera batalla, pero debe sacar las lecciones de este intento de golpe de Estado; el levantamiento de fuerzas de seguridad en Ecuador debe ser respondido de manera inmediata e implacable y todos aquellos que desde la oposición y la patronal saludaron los hechos deben ser ejemplarmente castigados. No pueden repetirse los mismos errores que en Venezuela una vez consumada la intentona de 2002. La principal lección es que los oligarcas y explotadores no pueden seguir actuando como lo han venido haciendo en el país del sur con la complacencia de los gobiernos nacionalistas burgueses. No hay conciliación entre clases antagónicas y muchos menos con los golpistas que apoyados por el imperialismo estadounidense encontrarán cualquier espacio para posicionarse nuevamente y agredir cualquier tipo de aspiración popular en América Latina. El pueblo trabajador ecuatoriano debe verse en el espejo venezolano.
Lejos de depositar ninguna confianza en los gobiernos e instituciones “progresistas”, decimos que debemos apoyar incondicionalmente la incipiente rebelión popular que ya se está poniendo en marcha en el hermano país y profundizarla. La verdadera unidad de América Latina significa una lucha común de los explotados y oprimidos de nuestros países para expulsar al imperialismo y sus maniobras que derraman la sangre del pueblo trabajador. Una lucha que refunde América Latina sobre nuevas bases.
¡Victoria popular en Ecuador contra el golpe de Estado!
¡Fuera Yankees de América Latina!
¡Por la Unidad Socialista de América Latina!
¡Luchar, Vencer!
Grupo de Acción Revolucionaria
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¡Luchar , Vencer!
Lutar, Vencer!
Lluitar,Vèncer!
Combattre ,et Vaincre!
Kämpfen , Besiegen!
Vechten ,Overwinnen!
Воевать ,Выиграть!
Jarraitu ,Garaitu!
Grupo de Acción Revolucionaria
http://gar.site11.com/
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