Atenco: ni justicia, ni triunfo. Ni perdón ni olvido.
Nadie de nosotros puede dejar de alegrarse por la liberación de los 12 presos que aún permanecían en los penales de Molino de Flores y El Altiplano, en México, desde mayo de 2006 luego del Operativo Atenco, instrumentado por el Estado Mexicano contra la Otra Campaña (y no sólo contra el FPDT como se ha pretendido por algunos).
Sin embargo la liberación de los prisioneros políticos en este caso no se trata de un acto de justicia, ni siquiera elemental: no hay ni habrá reparación posible del daño, ni para ellos, ni para los que salieron antes. No habrá quien repare lo hecho a las mujeres violadas y abusadas. Nadie reparará los daños sufridos por quienes fueron objeto de brutales golpizas. Nadie devolverá la vida a Ollin Alexis Benhumea ni a Javier Cortés. Y no habrá ningún castigo para los policías torturadores. Fox, Peña Nieto, Robledo, Medina Mora y demás no pisarán la cárcel. Si es que eso es la justicia, no la habrá ni para unos ni para otros: ni para víctimas ni para victimarios. Ni para quienes osaron (intentar) defenderse ni para quien poseee el monopolio legal de la violencia. El estado mexicano no se juzgará y no se castigará a si mismo.
Pero, si sería ingenuo creer que hubo un gramo, de justicia siquiera en la resolución de la Suprema Corte, peor aún sería y es creer, hacer creer y propagar la idea de que esto fue un triunfo de alguna organización, movimiento o lucha social. Pensar que "se derrotó al gobierno" es sembrar falsas ilusiones en la Democracia y en el Estado Capitalista. Ellos los encarcelaron cuando quisieron, los liberaron cuando quisieron.
No fue por las marchas, no fue por el PLANTON, no fue por las consignas, no fue por la resistencia incuestionablemente digna y honesta que se dió afuera y tras las rejas, en México y en el Miundo. Fue una decisión de Estado. Convino aprehenderlos y no servía de nada tenerlos más tiempo presos.
Pero en la democracia y el Estado Capitalista, en todo Estado Capitalista, -aunque ese Estado sea de izquierda como en Venezuela- ,asi,de izquierda y sin comillas, siempre habrá prisioneros políticos. Pensar que puede haber un Estado sin presos injustamente, es como pensar que puede haber un cambio real sin destruir el capitalismo y construir algo nuevo.
Felicidades, pero no hemos triunfado, ni un poquito, ni nada...
Julio de 2010 (¿o mayo de 2006?)
Enviado por Daniel Ayala
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