Anticapitalistas en la Otra

Anticapitalistas en la Sexta es un espacio de discusión y organización política de carácter anticapitalista e internacionalista, que busca enlazar las luchas y fortalecer la unidad de las y los trabajadoras de la Ciudad, el Campo, el Mar y el Aire, y del resto de l@s explotad@s por el sistema capitalista para avanzar en la construcción de un Programa Nacional de Lucha y su Plan de Insurrección. Como segundo propósito buscamos difundir las luchas, denuncias y actividades de los adherentes a La Sexta en el país y el mundo, y también de todos aquellos que que sin ser parte de La Sexta se encuentren abajo y a la izquierda.

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Video del mes: Palabras del mes: Es preciso no olvidar que en virtud y por efecto de la solidaridad del proletariado, la emancipación del obrero no puede lograrse si no se realiza a la vez la liberación del campesino. De no ser así, la burguesía podría poner estas dos fuerzas, la una frente a la otra, y aprovecharse, por ejemplo, de la ignorancia de los campesinos para combatir y refrenar los justos impulsos de los trabajadores citadinos; del mismo modo que, si el caso se ofrece, podrá utilizar a los obreros poco conscientes y lanzarlos contra sus hermanos del campo. CARTA DE EMILIANO ZAPATA A GENARO AMEZCUA Tlaltizapán, Febrero 14, 1918

Firma en contra de la reactivación del proyecto de despojo en Atenco

martes, 8 de febrero de 2011

Preparada la denuncia con la que se podrá perseguir a Bush en 147 países

Preparada la denuncia con la que se podrá perseguir a Bush en 147 países

7 Febrero 2011
George Bush
George Bush
Si George W. Bush no hubiera cancelado su viaje a Ginebra del próximo sábado, podría haber sido detenido por las autoridades suizas. Todo indica que decidió no visitar la ciudad alpina consciente de que le esperaban dos denuncias criminales por el uso de la tortura en Guantánamo.
Dos demandantes individuales tenían previsto presentar este lunes ante el Fiscal General de Ginebra una acusación firme contra el ex presidente estadounidense.
La incriminación se basa en la extensa argumentación legal de tres prestigiosas organizaciones de Derechos Humanos y tiene el apoyo de otras 22 entidades e individuos, entre los que se encuentran varios Premios Nobel de la Paz.
En el escrito de 40 páginas se denuncia el uso de torturas por parte de la administración norteamericana tanto en Guantánamo como en los centros de detención secreta de la CIA repartidos por todo el mundo.
Bush no pisará territorio suizo y, por lo tanto, la Justicia helvética no podrá actuar al no estar el demandado dentro de su jurisdicción territorial. Sin embargo, las organizaciones ya han anunciado que “los cargos contra el ex presidente le estarán esperando vaya donde vaya“.
En efecto, la acusación preparada en principio para Suiza podrá utilizarse en el futuro, casi como si de una plantilla se tratara, para denunciar al ex presidente en cualquiera de los países que visite y que haya ratificado la Convención contra la Tortura y el Maltrato de Naciones Unidas.
Según dicho tratado, un total de 147 Estados están obligados a investigarle y enjuiciarle si se demuestra que hay evidencias suficientes contra él.

Sin inmunidad procesal

Según el Centro para los Derechos Constitucionales de Estados Unidos, su homólogo en Alemania y la Federación Internacional para los Derechos Humanos de París, pruebas contra Bush sobran.
Aseguran que “ostenta la responsabilidad individual por los actos de tortura [...] contra los detenidos bajo custodia estadounidense, puesto que ordenó, autorizó, aprobó, planificó o asistió e indujo por otros medios a estos actos, o dejó de evitar o castigar a sus subordinados por la comisión de dichos actos”.
El informe realizado por estas tres organizaciones internacionales se ha basado en 2.500 páginas de memorandos oficiales dictados por Bush o por subordinados de su cadena de mando, así como en informes del propio Gobierno estadounidense, Cruz Roja y la ONU.
Entre los actos de tortura de los que se le hace responsable, el documento cita la autorización del presidente a la CIA para capturar y retener a presuntos terroristas en centros de detención secretos, en los que se les sometería a “técnicas de interrogatorio reforzadas”, tales como la asfixia simulada, las posturas estresantes, la privación del sueño, la manipulación de los alimentos y la temperatura.
A estas prácticas, cabe sumar la falta de asistencia letrada de los detenidos retenidos en Guantánamo, y su sometimiento a tratos equivalentes a la tortura .
Todas estas acusaciones se sustentan, además, en las declaraciones del propio Bush en su libro de memorias, Decision Points’, en el que reconoce que autorizó la tortura.
(Tomado de El Mundo, España)

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