Anticapitalistas en la Otra

Anticapitalistas en la Sexta es un espacio de discusión y organización política de carácter anticapitalista e internacionalista, que busca enlazar las luchas y fortalecer la unidad de las y los trabajadoras de la Ciudad, el Campo, el Mar y el Aire, y del resto de l@s explotad@s por el sistema capitalista para avanzar en la construcción de un Programa Nacional de Lucha y su Plan de Insurrección. Como segundo propósito buscamos difundir las luchas, denuncias y actividades de los adherentes a La Sexta en el país y el mundo, y también de todos aquellos que que sin ser parte de La Sexta se encuentren abajo y a la izquierda.

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Video del mes: Palabras del mes: Es preciso no olvidar que en virtud y por efecto de la solidaridad del proletariado, la emancipación del obrero no puede lograrse si no se realiza a la vez la liberación del campesino. De no ser así, la burguesía podría poner estas dos fuerzas, la una frente a la otra, y aprovecharse, por ejemplo, de la ignorancia de los campesinos para combatir y refrenar los justos impulsos de los trabajadores citadinos; del mismo modo que, si el caso se ofrece, podrá utilizar a los obreros poco conscientes y lanzarlos contra sus hermanos del campo. CARTA DE EMILIANO ZAPATA A GENARO AMEZCUA Tlaltizapán, Febrero 14, 1918

Firma en contra de la reactivación del proyecto de despojo en Atenco

viernes, 13 de agosto de 2010

Aporte de Alberto Híjar para la 3a Asamblea

DEL PLAN Y LOS PROGRAMAS.

Alberto Híjar.

Para el Plan Nacional de Lucha hay líneas necesarias. La primera es la reivindicación de los derechos de las comunidades, los pueblos y los consejos de fábrica y empresa como centros de producción. No basta el reconocimiento cultural. Esto exige superar los derechos y las garantías individuales jamás cumplidas pese a inserciones constitucionales como los derechos a la educación, trabajo, vivienda digna, salud, alimentación, esparcimiento. Nada de esto puede garantizar una tendencia opuesta al reconocimiento de las organizaciones reducidas a aparatos de Estado hasta alcanzar aberraciones como la del multimillonario coleccionista de automóviles de lujo Joaquín Gamboa Pascoe en la CTM o la corruptísima Gordillo como presidenta vitalicia del SNTE o Molinar Horcasitas al frente del Seguro Social. Los partidos políticos y sus émulos enlistan las necesidades populares incumplidas a sabiendas de que su situación lamentable no tiene remedio dentro del Estado actual sino para divertir a la ciudadanía con los debates sobre las reformas inútiles. Otra cosa es el EZLN y sus once puntos como potencialidad realizable en las autonomías de las Juntas de Buen Gobierno y los MAREZ confederados en el proyecto de Los Caracoles. Así si, la reivindicación general es realizable por estructuras de poder democrático popular basadas en la forma asamblea, las decisiones discutidas y consensuadas de manera distinta a las encuestas y la propaganda burguesas, los cargos con elección directa irrevocable, la ausencia de privilegios a los designados, la formación educativa constante para los relevos. Todo esto contradice las falsas representaciones constituyentes de las oligarquías. El Plan Nacional requiere la reivindicación de las formas de democracia directa, la revocación de los mandos cuando sea necesaria y la legalización del referéndum y el plebiscito.

La línea productiva concreta las reivindicaciones democráticas, las prueba en relaciones de producción contrarias a la acumulación privatizadora y explotadora. No se trata de cultivar la marginalidad y la precariedad, sino de probar que otro mundo es posible gracias a los excedentes aplicados en beneficio de todos, con cuentas claras y balances constructores de administraciones opuestas a la extracción de plusvalía y la mercantilización competitiva a toda costa. Esto construye necesidades fundadas en el valor de uso y sus urgencias.

La experiencia de las más de trescientas fábricas y empresas tomadas en Argentina por los trabajadores hasta lograr un acuerdo con los dueños y el Estado, revelan la necesidad de articular la producción con un plan maestro para todos y para la circulación que oriente una valoración fundada en el valor de uso, en la solidaridad en lugar de la competitividad, en el internacionalismo en lugar del libre comercio beneficioso de las redes mundiales capitalistas con sus financiamientos y divisiones territoriales en perjuicio de los trabajadores. Sin patrón se llama el libro que recoge las experiencias argentinas con un prólogo de Naomi Klein que acompañaba a la resistencia anticapitalista por todas partes. Pero lo cierto es que la ausencia de plan maestro mantiene en la precariedad marginal a las fábricas expropiadas donde se trabaja más, se gana menos y se sufren condiciones de trabajo que ahora no hay a quien reclamar porque la fábrica es de todos y todas. Por esto urge prever procesos productivos distintos a la toyotización globalizante y al retorno al taylorismo, así sea el de la URSS donde el camarada Stajanov rompía todas las marcas de extracción de carbón para obligar a emularlo con un fervor productivista cuantitativo alejado de la construcción del socialismo. Este crece en al encuentro de lo común siempre amenazado por el Estado lo cual obliga a estructuras de autodefensa que resultan un recurso inmejorable de formación política. Hay que investigar a la Cooperativa Monteagudo en el País Vasco con una sucursal en Querétaro porque ha logrado articular exitosamente proyectos diversos. En México, en cambio, las cooperativas con éxito empresarial terminan por adherir al reformismo político como en el caso de Pascual o a la marginalidad como Euzkadi que en su construcción en lucha ganó la solidaridad en la filial europea. Urge la crítica a esta masa de prácticas anticapitalistas para alentar relaciones de producción donde crezca una economía política profundamente democrática. Hay que estudiar los escritos económico-políticos del Che contra la ley del valor.

Recientemente, Los Caracoles zapatistas han informado de sus proyectos educativos fundamentados en su historia y con módulos que permiten avanzar a los educandos sin presiones de calificación, concursos y pases automáticos. Debiera escandalizar que la CNTE no tenga en sus cuarenta años de lucha más bien economicista, un plan educativo incluyente de una conmemoración profunda de las guerras de independencia y revolución. El Plan Nacional tendría que proponer una forma educativa donde la historia se concrete en cada materia y cada región con una enseñanza histórica de las ciencias naturales y el desarrollo de la capacidad de abstracción con las matemáticas, los círculos de lectura, los museos comunitarios y la investigación de patrimonios tan importantes como la medicina tradicional. Esto exige la elaboración colectiva de manuales e instructivos.

El recurso del tequio reivindica una tradición campesina con plena vigencia para exigir apoyos estatales con los compromisos de usarlos en tareas y faenas comunitarias por los más avanzados en cuanto a conciencia social. Se trata no sólo de componer caminos, puentes y aliviar a los damnificados, sin de favorecer el mejoramiento y la dotación de viviendas y modos de vida dignos. Entre los grandes éxitos del Autogobierno de Arquitectura de la UNAM el siglo pasado, estuvo el Manual de Autoconstrucción que guió a los proyectos populares de vivienda, servicios y urbanización con la necesaria orientación histórica al designar con nombres heroicos a los lugares nuevos y restaurados. Con la salud se impone un trabajo semejante para que no sólo en situaciones de desastre o de movimientos universitarios se atiendan a las personas y los animales por estudiantes guiados por profesores experimentados en estas tareas. No todos los estudiantes contestatarios se listan a gritar consignas, a hacer pintas, marchas y festivales, sino hay quienes asumen proyectos de largo plazo orientados por la constancia y el placer de la solidaridad concreta. La comunicación necesaria con todos los recursos tecnológicos, puede tener esta misma dimensión socialista para la construcción de lo común.

De orientar de esta manera del proyecto de Plan Nacional, la lucha puede concretar no sólo a un nuevo constituyente en el sentido del grupo de expertos sino en el de constituir, construir, relaciones de producción dude el anticapitalismo supere el puro deseo. Si esto concreta programa calendarizados, los compromisos van más allá que as consignas y las proclamas para dar lugar a un tiempo diferenciado del organizado por el Estado.




Alberto Híjar

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Catálogo de la cooperativa de Muebles Tintero en PDF