devastaron nuestra tierra, me voy.
Voy a buscar una vida humana,
desafiando vallas y minas.
En la pobreza donde he nacido, la necesidad acecha.
Mis días sin salida, mis noches en ruinas.
Νegreros encontré en el camino,
a barcos podridos me arrojaron.
Barcos llenos de los condenados de esta tierra,
barcos en mares tempestuosos,
en olas enfurecidas, sin aliento,
y sólo un poquito de esperanza en nuestra mirada.
En estas tierras a las que he llegado,
en los viñedos, los olivares, en los campos,
hice crecer la fortuna del patrón.
Sin voz, trabajando en negro.
En las obras encerrado, en los sótanos enterrado.
Fieras hambrientas que se alimentan de mis carnes.
Agua y sal, 300 gigantes
y unos pocos granos de azúcar
antes de que la báscula
señale mi agonía, luchando.
Mi sudor circulaba por las ciudades,
por carreteras, fábricas, astilleros.
Mis manos heridas en invierno
sangraban por riquezas ajenas.
Apoyando a los abuelos que abandonados callaban,
dejando una gota de ternura en su cabecera vacía.
Y los que legalmente me explotaban
declararon mi vida ilegal.
Sudando, desplomándome, produciendo,
pero sin razón y sin justicia en mi celda.
Me echo a temblar por culpa de sus lacayos que me espían
y busco a mis hermanos, los obreros de esta tierra.
Agua y sal, 300 gigantes
y unos pocos granos de azúcar
antes de que la báscula
señale mi agonía, luchando.
La muerte ya no me asustará,
muero al lado de mis compañeros.
Mi patria es el puño levantado
y la lucha por los derechos de mi clase.
Traté de construir vida y ellos me están matando.
Los que se apropian de nuestro trabajo.
Agua y sal, 300 gigantes
y unos pocos granos de azúcar
antes de que la báscula
señale mi agonía, luchando.
Adiós Abdul, Nordín, Ajmet, migrante trabajador, Jamid, Jasán, hermano mío
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